MAS RECIENTE

pedrofuentesriquelme

Prólogo de los cuentos de villanos


PRÓLOGO DE LOS CUENTOS DE VILLANOS




Hace algunos años conocí personalmente a Pedro Fuentes en la capital de México. Llegábamos de Chile en circunstancias que nos marcaban de modo ciertamente dramático; veníamos empujados por la arremetida militar de 1973; Pedro, desde juventudes revolucionarias; yo, funcionario de la Embajada de Chile en Washington. No tardé en darme cuenta de que Pedro era personaje sorprendente e importante: me lo presentaron como “investigador científico que muy pronto se llenará de honores…”



¿Sabio atómico? ¿Mano derecha de Fidel? Todos los títulos que se te ocurran. ¿Todos? Todos. Se me informó que venia con una fórmula científica en el bolsillo. Para cambiar el mundo. ¿El mundo? El mundo. Sí señor. Viaja con una fórmula científica en el bolsillo y otras en su cabeza que lo harán superfamoso. Me lo quedé mirando ¿Este muchacho con pinta de filarmónico, por lo menos, y de actor de cine cubano?



Las explicaciones vinieron después. Pedro ha descubierto una fórmula para convertir la basura industrial – sí la basura industrial que nos ahoga - en material de construcción. Una especie de greda mágica, de usos múltiples-tejas, paredes, techos, fachadas, caminos, edificios, estadios, museos, rascacielos y canales para regar los desiertos del mundo. Obra de mago. ¿Para hacerse millonario? No. Qué va… Para hacerse proletario.



Oigame, mi amigo, Pedro Fuentes ha regalado esta fórmula para los gobiernos de México y de Cuba. No friegue. No friego. La pura verdad. Ya están trabajando con su fórmula. La quieren en los Estados Unidos también. El mundo capitalista a sus pies. Tiene que ir luego antes que le guachapeen la fórmula.



Todo lo que dije fue: pero, si Pedro es escritor, acabo de leer sus cuentos fabulosos.

- Y? - Y qué. ¿Otro Nicomedes Guzmán? -¿Pa qué? Estai loco. -¿Pancho Coloane? - Echale, no más. - Poli Délano? - No se quede corto.



Científicamente hablando, Pedro es un narrador impecable. Va derecho al milagro, digo yo. Al grano. Lo toma entre los dedos, lo examina por todos los costados, busca lo mágico y cuando lo descubre le saca el jugo, no deja sino maravillas en todos los mundos posibles, de preferencia en sus ámbitos de magia, con ropa y sin ropa, pura ternura y todo lo demás. Con su nueva fórmula descubre la ola de la posesión y del maremoto.

Es cierto, así es. Serio, duro, elegante. Sonríe como gato, y como río enciende soles y regala estrellas. Va por el mundo sin abandonar jamás los esteros, las moras, las peripecias de sus corrientes y montañas. Se adivina la posesión. Ventisqueros, precipicios, espejos, abismos y casas de pensión. Los caballos, las botas, las alturas, los roperos, sepulturas, todo glorificado en mundos que no son de este mundo.

¿Sabía usted que Pinochet llegó a Chile en la Edad Media a vender quesos en la pista del Parque Cousiño? ¿No lo sabía? Y ¿sabe la historia de Coti y la Erika? No se las pierda. Por la cresta. La forestación y deforestación de Chile. La prehistoria, la historia y la Unidad Popular.

Todo lo maneja Pedro Fuentes con toque mágico: “El perro azul”, “La pelea de toda la noche”, “Marlen”. ¿Dije mágico? ¿y “ El tonelero marroquí”?. ¿Ah, que me dicen? Cuentos maestros, por la cresta. ¿Y la fórmula secreta, científica? ¿Qué pasó? Pregúnteselo a Pedro Fuentes. De ahí salen los cuentos. Ahí empieza el milagro.



Fernando Alegría.
Stanford, California, 8 de enero de 1998.
« ANTERIOR
SIGUIENTE »

No hay comentarios

Publicar un comentario